Rudolf Maier, de la Selva Negra, conduce el primer transportador de troncos largos Arocs, equipado con el transformador Doll ratioplus.
De ruta con una novedad mundial.
Rudolf Maier agarra con pericia el remolque estacionario situado en la parte trasera de su Arocs con el brazo de agarre de la grúa. Deposita cuidadosamente el vehículo de dos ejes en el suelo, detrás del camión. A continuación, agarra uno de los enormes troncos tendidos a los márgenes de la pista forestal. Levanta el enorme trozo de madera y lo inclina sobre un saliente dentado del brazo, también llamado peine. Ahora puede utilizar el peine para maniobrar el remolque a la posición correcta. Ya puede comenzar la carga del resto de troncos.
Maier es el jefe de una empresa de transporte de madera de tres integrantes de Lierbach, en plena Selva Negra. Este conductor y empresario es un virtuoso con la grúa. Gira y maniobra con increíble rapidez y extrema precisión hasta dos toneladas de madera para colocarla con exactitud entre el vehículo tractor y el remolque. Al final de la carga, forman así una unidad estable que puede transportarse con seguridad al aserradero.
«Hay que desarrollar un sentido para la madera para poder calcular con exactitud por dónde amarrar el tronco, cuánto pesa y si la grúa puede levantarlo libremente o si hay que cargar el árbol entre dos tractoras», explica este conductor de 51 años. «Con algunos troncos, la propia grúa alcanza sus límites».
Incluso al desplazar el conjunto de carretera por los estrechos nichos del bosque, cada maniobra del jefe de la empresa es firme. Es una imagen impresionante ver cómo el pesado transporte de madera en troncos rueda por el valle sobre pistas apenas pavimentadas: los testigos luminosos de advertencia amarillos de la parte delantera y trasera parpadean al compás. Maier gira con precisión las 40 toneladas por cada curva de horquilla. El remolque –conectado al Arocs únicamente por los troncos y unos delgados cables de alimentación– sigue con precisión el trazo exacto del vehículo tractor como por arte de magia.
Seguimiento de trazo de Doll.
El carrocero Doll ha desarrollado el remolque con articulación conjunta de tipo ratioplus en colaboración con TU Karlsruhe. Rudolf Maier ya participó en el desarrollo como probador en la práctica. «El seguimiento de trazo automático facilita enormemente el trabajo especialmente en el bosque», explica Maier. A pesar de ello, todo lo que rodea al remolque se supervisa adicionalmente con cámaras. Hay que ir a lo seguro. Y si alguna esquina resulta ser demasiado estrecha, el conductor puede ajustar los ejes del ratioplus de forma remota durante la conducción para que pueda forzarse la trayectoria del tren alrededor de la curva.
No solo es una particularidad el ingenioso remolque de Doll, sino también el vehículo tractor: y es que, el nuevo transportador de madera en troncos de Rudolf Maier es el primero de su categoría construido sobre la base del Arocs. El vehículo está equipado con el Multimedia Cockpit, con el Tempomat y gestión del camio Predictive Powertrain Control optimizados, así como la MirrorCam.
A Maier le gusta especialmente el espejo retrovisor digital: «La suciedad y el agua no tienen nada que hacer con este sistema. En ese sentido, es muy superior a un espejo retrovisor de cristal. Además, en el bosque, los espejos de gran tamaño suelen presionarse sobre el vehículo por culpa de las ramas. Esto no pasa con los pequeños brazos con cámara de la MirrorCam. También me gusta que hay plena visibilidad por las ventanillas laterales, ya que las cámaras están colocadas en la parte superior, sobre el techo, y no hay espejos que bloqueen la vista. Esto me ayuda muchísimo al maniobrar y en las curvas cerradas».
Maier se decidió por un Arocs 2658 6×4 con suspensión neumática y una distancia entre ejes de 3,90 metros. El vehículo es propulsado por el motor de primera OM 473, con una cilindrada de 15,6 litros, una gran potencia de 425 kW y un par máximo de 2800 newton metros. Estas prestaciones ayudan a que la tractora domine las pendientes más pronunciadas de la Selva Negra.
«La suciedad y el agua no tienen nada que hacer con este sistema. En ese sentido, es muy superior a un espejo retrovisor de cristal.»
El mejor vehículo para el bosque y la Carretera.
Maier lleva comprando camiones de Mercedes‑Benz desde 1989. El vehículo actual ya es su decimosegundo camión con la estrella. Como los actuales modelos con motores de seis cilindros en línea, particularmente robustos y económicos, son más altos que los motores en V del pasado, Maier encargó un corte en el techo a la empresa de modificaciones Bickel. De este modo, puede depositar su grúa Loglift, modelo 251 con bomba variable, sobre la cabina cuando el vehículo está cargado, y la altura permanece por debajo de los 3,95 metros.
«También hay grúas que se pueden plegar detrás de la cabina», explica Maier. «Con ellas no se necesita corte. Pero, estos modelos son pesados y requieren un mayor espacio para el montaje. Con ello hubiera tenido menos carga útil y tendría que haber elegido una batalla más larga, lo que repercute en la maniobrabilidad».
Este transportista quiere tener simplemente el mejor vehículo para el bosque y la carretera. «Llevo muchos años en el negocio y, sencillamente, no tengo ganas de hacer concesiones que repercutan en la eficiencia y en la seguridad». Sus clientes, especialmente aserraderos, empresas forestales y comerciantes de madera, alaban esta postura. Porque saben que Maier siempre transporta madera en troncos tal y como se acuerda.
En tiempos pasados, durante la época de los abetos holandeses, estos troncos se transportaban por medio de enormes balsas desde los afluentes del Rin en la Selva Negra hasta Ámsterdam, y se utilizaban para la construcción de barcos. En la actualidad, la madera en troncos se utiliza, por lo general, como material de construcción, por ejemplo, para las cerchas de los tejados. «Las vigas suelen tener más de diez metros de largo y deben ser de una sola pieza», explica Rudolf Maier, cuyo abuelo ya transportaba madera. «Los troncos que transporto tienen hasta 20 metros de largo. De este modo, el aserrador puede elegir del gran tronco la mejor pieza para sus vigas». Dicho esto, descarga su madera en el aserradero Müller, situado en Renchtal, al pie de la Selva Negra, con seguridad y celeridad. Todo un virtuoso de la grúa.
Fotos: Henrik Morlock
Video: Martin Schneider-Lau