En 1982, «Mercedes‑Benz Transport» afirma: «América del Norte es el mayor mercado de vehículos industriales del mundo y, precisamente en este ámbito, Daimler‑Benz AG está realizando un esfuerzo cada vez mayor en los últimos años para consolidar su reputación como el fabricante más importante de camiones pesados también en esta parte del mundo». Y continúa: «Las condiciones de uso son tan diversas como grande es Estados Unidos. Mientras que los camiones semipesados de Mercedes‑Benz son ideales para el sector de la distribución, para el transporte de larga distancia se utilizan los voluminosos y pesados camiones estadounidenses». Y esto fue con los Freightliner Trucks: Daimler‑Benz AG compró esta marca el año pasado.

El viaje a Kassel que realizan los conductores de la fábrica de metal de Olsberg (Essen) es una carrera contra el tiempo. En la superficie de carga de su Mercedes‑Benz 2632 6×4: cuatro cubas con aluminio líquido, que no debe enfriarse por debajo del punto de fusión durante el viaje de 3 horas y media. Los conductores mantienen la calma. «Valoran la fiabilidad, el manejo suave del vehículo, […] la excelente potencia del motor, que supera sin problemas incluso pendientes largas», informa la redacción. Una pieza del equipamiento especial por aquel entonces también permitía mantener los nervios bajo control: a bordo siempre había un teléfono, que podía utilizarse para avisar a los conductores de las obstrucciones del tráfico, los desvíos y otros posibles factores perturbadores.

Mercedes‑Benz 3328/8×4/4. Para los expertos, una abreviatura impresionante que deja algo claro: en este caso se trata principalmente de vehículos de exportación, ya que con un peso total permitido de hasta 35 toneladas, el funcionamiento en Alemania solo está permitido con una autorización especial. «Por el contrario, en otros países, los vehículos de cuatro ejes con un peso total permitido de hasta 35 toneladas se pueden utilizar de forma especialmente rentable, por ejemplo, como volquetes o vehículos cisterna. El acabado se realiza bajo la responsabilidad de Daimler‑Benz AG en la empresa suiza FBW‑Fahrzeug AG en Wetzikon, Suiza», afirma la redacción. Se utiliza un motor de 206 kW con caja de cambios Ecosplit (16 marchas hacia delante sincronizadas). Los editores están convencidos del éxito: «Con el nuevo 3328/8×4/4, se ofrece a los empresarios vehículos industriales que seguramente suscitarán un interés especial debido a su amplia gama de aplicaciones».

La mejora de la rentabilidad también fue un tema importante en 1982: «Con el constante aumento de los costes de combustible, es una necesidad cada vez mayor aprovechar al máximo el medio de transporte de los camiones», escribe la redacción. Y, por ejemplo, para mercancías y palés voluminosos, surgen, en colaboración con los carroceros, soluciones originales como una cabina dormitorio sobre el volante o nuevos acoplamientos para los remolques.

Este es el título de un reportaje sobre una central hidroeléctrica construida y explotada conjuntamente por Brasil y Paraguay en la presa de Itaipú. Una obra monumental que sigue batiendo récords: en 2016 se generaron más de 103 teravatios/hora de electricidad. Eso es más de lo que puede conseguir cualquier otra instalación. La generación de electricidad cubre el 75 % de la demanda paraguaya y más el 17 % de la demanda brasileña.

La presa tiene 225 metros de altura y siete kilómetros de longitud, incluyendo presas de tierra y de piedra. Las turbinas están diseñadas para un caudal de agua de 70.000 metros cúbicos por segundo. Durante la fase de construcción se tuvieron que trasladar al menos 31 millones de metros cúbicos de roca excavada. «La mayor parte del suministro de la obra se realiza mediante el transporte en camión a través de una red de carreteras bien desarrollada», escribe la redacción. «Alrededor de 300 camiones de Mercedes‑Benz do Brasil realizaron lo que parecía casi imposible desde el principio. Solo en acero de construcción se han utilizado unas 220.000 toneladas, con unas necesidades mensuales de casi 10.000 toneladas. […] Pero lo fascinante de Itaipú no es solo su tamaño, sino también la precisión y la puntualidad con las que se trabajó allí».

¿Una idea absurda? ¡No importa! Cinco suizos no se dejaron disuadir: su contribución a un conocido programa de televisión alemán fue: «Apostamos que podemos colocar un camión de casi nueve toneladas de peso en cuatro vasos de cerveza sin romper ni un solo vaso». Encontraron un socio en la sucursal de Mercedes‑Benz en Hagen, que les ofreció un 1628 y una nave para entrenar. Luego, en directo en la televisión, la prueba: «El factor decisivo fue un descenso muy preciso y uniforme de los estemples hidráulicos para lograr una carga estática equilibrada desde el primer contacto entre el vidrio y el neumático». Un experimento que no se recomienda imitar. No obstante: ¡apuesta ganada!