Cuando las pistas del aeropuerto de Stuttgart desaparecen bajo la nieve, entran en acción los impresionantes camiones de Mercedes‑Benz con sus palas quitanieves de seis metros y medio. El «Mercedes‑Benz Transport» del año 1987 informa. «Cuando la nieve alcanza una altura de 12 mm, el servicio de invierno entra en escena». Y continúa: «Los valores de frenado y las temperaturas se registran, entre otros medios, a través de los puntos de medición en el suelo y se transmiten a la torre. Desde allí se puede acceder por radio de forma constante a cada uno de los eslabones de esta cadena de vehículos con una tecnología depurada, pues no suele haber contacto visual cuando los equipos pesados prestan su servicio al aire libre a 25 km/h en la pista de dos kilómetros y medio».

Desde el 1 de noviembre hasta el 30 de abril, los hombres y los vehículos especiales se encuentran en sus puntos de partida en el aeropuerto de Stuttgart. Se tarda como máximo 30 minutos en despejar la pista de 128 000 metros cuadrados. Mientras los tipos duros se sacuden el frío con un té caliente, la «bebida» ideal de los camiones se llama diésel de invierno. ¡Salud!

Topas: así se conoce al «vehículo cisterna con dispositivos de seguridad pasivos y activos optimizados». Daimler‑Benz AG se ha propuesto redefinir los estándares en este campo. El proyecto se presenta en 1987 con un recorrido de prueba en una rotonda. El Topas domina sin problemas la estrecha curva; no ocurre lo mismo con el vehículo de comparación: sin las ruedas de apoyo colocadas en los laterales, habría aterrizado en la zanja.

Uno de los motivos del buen comportamiento en curvas del Topas es la reducción del centro de gravedad en 300 milímetros. Los ingenieros también han intervenido en otro aspecto: «Para mejorar la visión omnidireccional […], la maniobrabilidad no solo se facilita mediante una cámara de televisión con monitor montada en la zaga, sino también mediante espejos basculantes abatibles eléctricamente que permiten ver el ángulo muerto». Una optimización muy lograda.

El ruido en la Avenida Tellier de Buenos Aires es ensordecedor: vacas, arrieros a caballo y participantes en la subasta gritan al mismo tiempo. El motivo es la subasta semanal de ganado vacuno, cuya carne es considerada por los expertos como la mejor en sabor y calidad. Hasta 20.000 cabezas de ganado cambian de dueño en un solo día de subasta.

Los animales han pastado durante mucho tiempo en las vastas extensiones de La Pampa, y «esta zona de la Argentina central es ideal para la cría de ganado vacuno», señala la redacción. El transporte se realiza en camiones de Mercedes‑Benz fabricados especialmente para esta tarea. «Los camiones suelen estar cargados hasta el límite de lo permitido. Si se tiene en cuenta que los vehículos recorren más de 1.000 kilómetros al día y vuelven a salir de ruta inmediatamente después de la carga o descarga, no es exagerado decir que las condiciones de uso son extremadamente duras», afirman los redactores.

Un 2636 AK 6×6 se adentra en la oscuridad y saca con regularidad una carga de diez toneladas de piedras y grava a la luz del día. Todo para construir una línea ferroviaria de 327 kilómetros de longitud entre Hannover y Wurzburgo.

«Un proyecto gigantesco», afirma la redacción. «De los 133 kilómetros que recorren la Baja Sajonia, 33 kilómetros atraviesan 15 túneles, 8 kilómetros pasan por 123 puentes, 35 kilómetros se realizan en desmontes y otros 48 kilómetros transcurren sobre terraplenes».