Nord-Schrott comercializa en todo el mundo metales reciclados en la propia empresa. Esta compañía alemana con sede en Flensburgo realiza entregas a fundiciones escandinavas con conjuntos extralargos de 60 toneladas —con el nuevo Actros como cabeza tractora y embajador de marca.
Un camión XXL en el Gran Belt.
Miércoles por la mañana, a sólo diez kilómetros de la frontera germano-danesa: la ciudad alemana de Flensburgo alberga la sede y dos delegaciones de la empresa Nord-Schrott. En las instalaciones de la central, un cargador llena contenedores rodantes con aluminio triturado almacenado en dos silos. Cada contenedor tiene capacidad para diez palets. Con su nuevo Actros 2563, el conductor Maik Jacobsen transportará tres de estos contenedores a una fundición sueca para su reciclaje: un itinerario de 1.000 kilómetros que le llevará un día y medio.
Antes de iniciar el viaje, sin embargo, tendrá lugar un complicado procedimiento que está relacionado con las restricciones de longitud y peso de camiones en Alemania: Con el gancho del puente de carga del fabricante Meiller montado en su Actros, Jacobsen coloca dos contenedores en un semirremolque acoplado a otra tractora aparcada junto a la suya. A continuación, le da al colega al volante de la misma el visto bueno para salir. Jacobsen carga el tercer contenedor en su semirremolque, acopla el dolly del fabricante de remolques danés HFR, y, como su colega pocos minutos antes, sale en su camión articulado rumbo a la ciudad danesa de Padborg, a doce kilómetros de distancia. Una vez allí, el conductor de Nord-Schrott acoplará el remolque de su colega al dolly, que hará de unión entre los dos semirremolques. El conjunto de Jacobsen está completo: 25,25 metros de largo y 60 toneladas de peso total con tres contenedores rodantes a plena carga.
25,25 metros, 60 toneladas.
Los camiones de esta longitud están permitidos en muchas carreteras alemanas, pero sólo hasta 44 toneladas de peso total. Nord-Schrott, sin embargo, necesita unas 15 toneladas más de carga autorizada, lo que en Dinamarca y Suecia no es ningún problema. «No queremos involucrarnos en la discusión política sobre las restricciones para el transporte con camiones largos en Alemania», señala Georg Müller, director general de Nord-Schrott. «Pero nuestras combinaciones no pueden circular por suelo alemán. Tampoco se nos conceden permisos especiales, lo que tendría mucho más sentido si se consideran las ventajas en cuanto a costes y medio ambiente». Sin embargo, las autoridades no quieren sentar un precedente y por eso Nord-Schrott monta los tres «gigaliners» que viajan a Suecia dos veces por semana una vez pasada la frontera, en suelo danés.
Una flota que aporta flexibilidad.
Nord-Schrott es más que un comerciante de chatarra, y apuesta por ofrecer a sus clientes un servicio especial. La empresa no sólo recoge chatarra en toda Europa y la clasifica para su posterior reciclaje. También prepara los metales con enormes máquinas y diferentes procesos, para después comercializarlos en Europa, India y China.
Nord-Schrott se ha concentrado en los llamados metales no ferrosos como aluminio, acero inoxidable, cobre y latón. Estos se comercializan en gran variedad de tipos y calidades. Los clientes son principalmente fundiciones y otros comerciantes de metal. Diversas certificaciones, una rigurosa gestión de calidad y un laboratorio químico propio para pruebas metalúrgicas acreditan la eficiencia de este fuerte grupo de empresas con más de 300 empleados.
«En Nord-Schrott, el espíritu innovador es una tradición.»
Otra garantía del éxito de Nord-Schrott es la flota propia de 25 vehículos, la mayoría de los cuales llevan la estrella de Mercedes. «Por supuesto que también trabajamos con proveedores de servicios, que realizan cerca de la mitad de nuestros transportes», explica el jefe de Flota Matthias Arens. «Pero nuestra flota propia nos permite una flexibilidad que garantiza que podamos proporcionar a nuestros clientes un servicio las 24h».
Los transportes XXL a Suecia solo se realizan con los camiones propios de Nord-Schrott. Desde hace diez años, la empresa con sede en Flensburgo suministra sus productos procesados a fundiciones escandinavas. En las rutas de regreso, los conductores llevan chatarra que cargan en diversos proveedores escandinavos. Desde hace varios meses, estos transportes se realizan con nuevos Actros.
«El Actros contribuye a nuestra imagen, pues se utiliza en toda Europa y actúa como embajador de los valores de nuestra empresa.»
«En Nord-Schrott, el espíritu de innovación es una tradición», asevera Georg Müller. Esta filosofía fue iniciada por el fundador, Michael Lassen, responsable del crecimiento de la empresa durante más de cuatro décadas. Clasificación, triturado y procesamiento, por ejemplo, se realizan en Nord-Schrott con procedimientos altamente automatizados con máquinas desarrolladas y perfeccionadas por los empleados de la compañía. El nuevo Actros es parte de esta filosofía. Müller: «MirrorCam, Multimedia Cockpit, Predictive Powertrain Control y Active Brake Assist 5: el nuevo Actros cuenta con una amplia gama de tecnologías innovadoras que nos ayudan a mejorar la eficiencia y la seguridad de nuestros transportes».
Y hay otra razón por la que Nord-Schrott apuesta por la tecnología más moderna a bordo de los vehículos de su flota propia: «Como comerciantes de chatarra tenemos pocas posibilidades de mostrar al público cuán importante es para nosotros trabajar conforme a las más altas normas de calidad. Con el nuevo Actros configuramos nuestra reputación, porque circula en carreteras de toda Europa y actúa como embajador de nuestros valores corporativos», explica el diplomado en Administración de Empresas.
Examen de calidad.
Mientras Maik Jacobsen emprende su ruta por el norte de Europa con su nuevo Actros XXL, Nord-Schrott continúa sus actividades en sus tres delegaciones de Flensburgo: con ayuda de un sofisticado instrumento de análisis, los empleados comprueban constantemente las aleaciones de la chatarra que llega a sus instalaciones. Las excavadoras separan minuciosamente los diferentes metales, mientras que las enormes trituradoras realizan su implacable trabajo de fragmentación. Las máquinas de clasificación adicionales separan calidades de chatarra según su pureza varietal.
Mientras tanto, Jacobsen llega con su Actros XXL al Puente del Gran Belt, uno de los estrechos daneses que conecta el Mar del Norte con el Mar Báltico. La imponente estructura, de 14 kilómetros de largo, une las islas danesas de Fionia y Selandia. Para permitir el paso de grandes buques, se construyó en su parte oriental un tramo colgante, conocido como Puente de Oriente: con una longitud de 2.694 metros y una apertura principal de 1.624 metros, el puente colgante más largo de Europa. A pesar de sus 60 toneladas, el Actros de Jacobsen supera la subida sin dificultades y a una velocidad de 80 km/h.
«El sistema detecta siempre de antemano cuando se acerca al letrero indicador de una localidad y deja de acelerar, ¡es fantástico!»
Jacobsen está orgulloso de poder conducir el nuevo Actros. Lo que más aprecia es el sistema de control de Tempomat y de transmisión Predictive Powertrain Control, que ahora también puede utilizarse en carreteras secundarias. «Me ayuda especialmente en las carreteras rurales de Suecia. El sistema reconoce con antelación las señales de entrada a una población, y desacelera el vehículo. Cuando dejo atrás la localidad, el sistema vuelve a acelerar el camión hasta la velocidad establecida».
Al conductor de Nord-Schrott le encantan sus viajes por Dinamarca y Suecia: «Por las fantásticas vistas del Mar Báltico. Porque no hay atascos. Y porque conozco a mucha gente amigable con la cual puedo hablar danés». De lo que sí quisiera poder prescindir Jacobsen es de tener que montar el conjunto al comienzo del recorrido.
Fotos: Christoph Börries
Vidéo: Martin Schneider-Lau